1 cuota de $10.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $10.000,00 |
3 cuotas de $3.984,00 | Total $11.952,00 | |
6 cuotas de $2.271,33 | Total $13.628,00 | |
12 cuotas de $1.517,17 | Total $18.206,00 |
3 cuotas de $3.562,67 | Total $10.688,00 | |
6 cuotas de $1.899,83 | Total $11.399,00 | |
9 cuotas de $1.350,11 | Total $12.151,00 | |
12 cuotas de $1.079,25 | Total $12.951,00 |
9 cuotas de $1.761,00 | Total $15.849,00 |
1 cuota de $10.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $10.000,00 |
3 cuotas de $3.333,33 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $10.000,00 |
1 cuota de $10.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $10.000,00 |
3 cuotas de $3.703,67 | Total $11.111,00 | |
6 cuotas de $2.049,50 | Total $12.297,00 |
2 cuotas de $6.186,00 | Total $12.372,00 | |
9 cuotas de $1.842,78 | Total $16.585,00 | |
12 cuotas de $1.500,83 | Total $18.010,00 | |
24 cuotas de $1.253,54 | Total $30.085,00 |
3 cuotas de $4.305,33 | Total $12.916,00 | |
6 cuotas de $2.496,33 | Total $14.978,00 |
3 cuotas de $4.676,33 | Total $14.029,00 | |
6 cuotas de $2.926,67 | Total $17.560,00 |
18 cuotas de $1.351,33 | Total $24.324,00 |
ALEJANDRO FARIAS, ZELAYA
CAMBALACHE
LOCO RABIA
Páginas: 56
Formato: 15x20x1
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 978-987371254-8
Alejandro Farias y Victor Zelaya vuelven al ataque con Cambalache, una obra que, fieles a su afición por el costumbrismo, ubican en la Argentina pos-crisis; esa Argentina que dio a luz un nuevo y masivo sujeto social: el cartonero. Por esos años, también, se empezó a volver visible, en el país y en el mundo, uno de los comercios más horribles con el que pueden enriquecerse los hombres, la venta de personas. Esos dos temas tocan, de una manera u otra, la vida del Pibe, un niño de Tucumán que viaja a la Capital con la intención de salvar a su hermano. Viaje que lo llevará a aprender una horrible lección: el Mercado es un monstruo de gelatina, capaz de absorberlo todo, de transformar en mercancía todo lo que toca: hasta las basura (que es su propio desecho), hasta las personas (que deberían ser sus reguladores).